Acoso inmobiliario

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La exigencia de múltiples actos para la consumación del acoso inmobiliario impide apreciar su comisión continuada

Para la comisión del acoso inmobiliario el propietario necesita la concurrencia de múltiples actos para llevar a cabo su propósito --rechazo de alquiler, corte de suministros, falta de mantenimiento, etc.--, por lo que no es suficiente con una única acción, lo que no permite apreciar la existencia de continuidad delictiva.

La exigencia de múltiples actos para la consumación del acoso inmobiliario impide apreciar su comisión continuada

Para la comisión del acoso inmobiliario el propietario necesita la concurrencia de múltiples actos para llevar a cabo su propósito --rechazo de alquiler, corte de suministros, falta de mantenimiento, etc.--, por lo que no es suficiente con una única acción, lo que no permite apreciar la existencia de continuidad delictiva.

La exigencia de múltiples actos para la consumación del acoso inmobiliario impide apreciar su comisión continuada

Para la comisión del acoso inmobiliario el propietario necesita la concurrencia de múltiples actos para llevar a cabo su propósito --rechazo de alquiler, corte de suministros, falta de mantenimiento, etc.--, por lo que no es suficiente con una única acción, lo que no permite apreciar la existencia de continuidad delictiva.

La impotencia de un legislador bienintencionado: el futuro delito de acoso inmobiliario

El 14 de noviembre de 2008 el Gobierno de la Nación aprobaba un proyecto de ley para reformar el Código Penal, que introducía el delito de acoso moral y, con él, un subtipo de acoso inmobiliario. Un año después, sin embargo, se le confirió al precepto una redacción completamente nueva, que ya está lista para ser enviada a las cámaras parlamentarias.

Del Blockbusting al Acoso Inmobiliario (comentario a las sentencias del los juzgados de los penal número dos de Bilbao y número 13 de Barcelona, respectivamente, de cuatro y seis de noviembre del año 2008) (II)

Durante más de una década, la economía nacional ha engordado cebada por el sector inmobiliario. Pero esta expansión no siempre ha sido inocua. Como hordas ávidas de espacio vital, se han desencadenado fuerzas que han invadido los hogares de los ciudadanos para conquistar el suelo que exigía la especulación urbanística.

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